Una percepción amorfa, ecos relacionales sin límites, sin objetos, solo gradientes de voluntad y trayectoria, corrientes invisibles cruzando las líneas tenues de la memoria, formas no nacidas que se disuelven, elaboradas de la densidad del silencio, la sensación de borrado y pensamientos no reclamados, sin tonos terrenales, vacíos espectrales, sombras irreales, y contrastes provocados por la conciencia, el flujo interminable de significado, abstracto, surrealista, cinematográfico.