Un campo de batalla celestial donde ángeles armados chocan con bestias sombrías, sus armas chispeando con azul eléctrico y carmesí.
Una ciudad ciberpunk futurista al anochecer, con luces de neón reflejándose en calles mojadas, anuncios holográficos flotando en el aire y vehículos futuristas que pasan a toda velocidad, energía oscura pero vibrante