Un paisaje desértico surrealista con interminables dunas de arena dorada que se extienden hasta el horizonte, grupos de esferas doradas flotantes que emiten un suave resplandor, un cálido cielo al atardecer pintado en tonos de naranja y carmesí, cactus dispersos proyectando largas sombras, onírico y pacífico con un toque de encanto de otro mundo.